NEURITIS ÓPTICA EN LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE

por | Oct 12, 2016 | 0 Comentarios

Aprovechando la reciente reunión de más de 9000 profesionales (en su mayoría neurólogos) de 100 países diferentes en la 32 edición del ECTRIMS (Congreso del Comité Europeo para el Tratamiento e Investigación en Esclerosis Múltiple) en Londres, desde el CBO queremos hablaros acerca de esta enfermedad y de su manifestación ocular más común, la NEURITIS ÓPTICA.

La Esclerosis Múltiple es una enfermedad crónica y autoinmune que afecta al Sistema Nervioso Central, compuesto por el cerebro y la médula espinal. Actualmente, la Esclerosis Múltiple afecta a 2.500.000 personas en el mundo (47.000 personas en España) y se da más en mujeres en un rango de edad de 15 a 45 años.

Envolviendo y protegiendo las fibras nerviosas del Sistema Nervioso Central hay un material compuesto por proteínas y grasas llamado mielina, que facilita la conducción de los impulsos eléctricos entre las fibras nerviosas. En la Esclerosis Múltiple, nuestro propio sistema inmune destruye la mielina provocando que los impulsos nerviosos no viajen de manera eficaz y dejando lesiones que reciben el nombre de placas de desmielinización. Esto conlleva a la aparición de síntomas que pueden variar de una persona a otra. No obstante, los más comunes son:

  • Alteraciones de la sensibilidad.
  • Fatiga.
  • Trastornos visuales como neuritis óptica.
  • Problemas motores, de equilibrio y de coordinación.
  • Trastornos del habla, etc.

 

Hoy en día, las causas que provocan la reacción inmunológica anómala son desconocidas. No obstante, se han propuesto varias teorías incluyendo alteraciones genéticas, enfermedades infecciosas (virus de Epstein-Barr) y niveles de vitamina D.

El diagnóstico de la enfermedad se realiza primordialmente a través de:

  • Historia clínica del paciente.
  • Exploración neurológica adecuada y completa.
  • Análisis de sangre.
  • Resonancia Magnética (RMN) del cerebro y médula espinal.
  • Análisis de líquido cefalorraquídeo que se obtiene mediante una punción lumbar.

Actualmente, de las pruebas mencionadas, la Resonancia Magnética (RM) es la más importante ya que no sólo se emplea para confirmar el diagnóstico de Esclerosis Múltiple y descartar otras causas como origen de los síntomas, sino que también se emplea para seguimiento del paciente con el fin de detectar nuevas zonas de actividad.

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Figura 1. Estudio seriado anual mediante RM craneal en un paciente diagnosticado de EM.

 

Como profesionales de la visión, una de las manifestaciones de la Esclerosis Múltiple que más nos interesa es la NEURITIS ÓPTICA.

Bajo la denominación de neuritis óptica se incluyen todos los procesos inflamatorios que afectan al nervio óptico. Se produce en un 20-30% de los pacientes con Esclerosis Múltiple y se calcula que hasta un 50% de los diagnosticados la sufrirán en algún momento.

Puede provocar disminución de agudeza visual de forma subaguda, defecto de campo visual central (escotoma central), Defecto Pupilar Relativo Aferente (DPAR), alteración del color y/o la presencia de dolor exacerbado con los movimientos oculares (alrededor del 90% de las personas con neuritis óptica experimentan dolor cuando mueven sus ojos).

La recuperación suele ser positiva, hasta el 90% de los pacientes recuperan la agudeza visual con el tiempo. No obstante, si la neuritis óptica se vuelve crónica, puede causar atrofia del nervio óptico ocasionando que el paciente pierda la visión de forma irreversible.

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Figura 2. Atrofia de nervio óptico.

Existen varios tipos de neuritis óptica, siendo las más comunes:

  • Papilitis: es la inflamación de la cabeza del nervio óptico. Puede ser unilateral o bilateral. El paciente presenta la agudeza visual disminuída desde el principio y edema de papila. Este tipo de neuritis óptica se asocia en un porcentaje muy bajo a la Esclerosis Múltiple.
  • Neuritis retrobulbar: el paciente presenta los síntomas típicos aunque mediante observación oftalmoscópica el nervio óptico parece normal debido a que la inflamación se encuentra en la parte posterior (de ahí que se aplique el dicho “el paciente no ve y el examinador tampoco”).
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Figura 3. Fondo de ojo aparentemente normal en un paciente con neuritis óptica retrobulbar.

Aunque el diagnóstico es principalmente clínico, es decir, podemos saber que se trata de una neuritis óptica simplemente basándonos en la historia del paciente y su agudeza visual, siempre se pueden realizar otras pruebas que nos servirán no sólo para confirmar nuestro diagnóstico, sino también para cuantificar el daño y para el seguimiento de la condición.

Una de esas pruebas es la Tomografía de Coherencia Óptica (OCT) de nervio óptico.

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Figura 4. OCT en paciente con neuritis óptica. Se aprecia engrosamiento de la capa de fibras nerviosas a nivel del nervio óptico.

Como se observa en la Figura 4, la OCT de un paciente con neuritis óptica muestra un engrosamiento de la capa de fibras a nivel del nervio óptico. Con el tiempo, dicho engrosamiento se reduce a niveles normales (Figura 5).

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Figura 5. Resolución del cuadro inflamatorio a nivel del nervio óptico. Se observa la disminución de grosor de la capa de fibras nerviosas, en micras, en la escala de la derecha.

Algunas personas recuperan la visión sin ningún tipo de tratamiento, aunque suelen emplearse corticoesteroides, principalmente por vía intravenosa, para acelerar la recuperación. Algunos de éstos son: metilprednisolona, ACTH y dexametasona.

La administración aislada de corticoesteroides por vía oral está contraindicada ya que se ha probado que aumentan la probabilidad de sufrir nuevos episodios de neuritis óptica.


Referencias:

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