La salud ocular y visual responsabilidad del facultativo en optometría (FO).

por | Sep 3, 2018 | 0 Comentarios

Desde hace ya muchas décadas, la optometría de Estados Unidos tomó la decisión de incorporar entre las responsabilidades del optometrista, la valoración profunda del ojo y el sistema visual. Esta decisión fue tomada por los entonces líderes de organizaciones profesionales, instituciones docentes y otros visionarios. La decisión se tomó basada en dos grandes motivos:

  1. la necesidad de un profesional diferente al oftalmólogo, que atienda las necesidades de atención primaria de la población: identificación precoz de condiciones patológicas, prevención de las mismas, educación sanitaria, etc.
  2. garantizar la independencia de la optometría y el papel de facultativo del profesional optometrista.

De aquella decisión se recogen los actuales frutos; el hecho de que el 75% de la población de países como EE.UU., Canadá, China, y en menor medida de otros como Reino Unido, Australia, etc. confía su atención primaria a los cuidados que ofrece la optometría, por medio de sus facultativos.

La valoración del estado de salud ocular, visual e indirectamente de la salud general la ejecuta el FO de una forma natural y secuencial, usando las herramientas de la comunicación, la observación directa e indirecta de las estructuras oculares, la ejecución de ciertos procedimientos específicos con su buena interpretación y las pruebas psicofísicas. Para ciertos procedimientos, es imprescindible el uso de fármacos y por ello el uso de éstos es parte de las herramientas con las que cuenta el FO.

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El grado de suficiencia del FO en la valoración de la salud ocular, solo ha de ser superado por el subespecialista en oftalmología, es decir, aquellos oftalmólogos focalizados en áreas como la retina, el glaucoma, la inflamación ocular, etc. El FO se convierte así en el generalista en ojos y en visión que se ocupa de los cuidados generales de la población y se apoya en la oftalmología especializada cuando lo requiere.

Este modelo de desarrollo y de competencias del optometrista, convertido en el facultativo al que me refiero, es ya una evidencia histórica en los países económicamente más desarrollados. No se ha seguido en países como España, donde este modelo se ha sustituido por el de óptico-optometrista. Mi humilde opinión es que ha sido un gran error basado en justificaciones de débil soporte.

Las áreas del examen visual, expuestas en mis anteriores posts, aportan información que ha de ser integrada en la valoración de la salud. Es decir, el estado refractivo, acomodativo, binocular, etc. ha de ser valorado de forma integradora con el estado y funcionamiento de las estructuras oculares y visuales. Son numerosas la situaciones donde los mecanismos funcionales están alterados por condiciones patológicas de las estructuras. La buena integración, del estado de la estructura y la información sobre su función, ayuda sobremanera a un diagnóstico final preciso. Es por esto que, un buen trabajo integrador de un facultativo en optometría resulta muy superior al de un equipo oftalmólogo+auxiliar.

En conclusión, la valoración de la salud ocular y visual integradas en el examen general, que analice toda la información de principio a fin en el examen, solo lo puede hacer un FO y aporta al paciente una personalización que humaniza el servicio. Lo contrario resulta en intervenciones escasamente coordinadas de oftalmología + auxiliares.

En mi siguiente post hablaré de la elección y adaptación de los mejores diseños ópticos como parte esencial del trabajo del FO.

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