Alienación: del latín alienatio. En psiquiatría, este término hace referencia al estado mental caracterizado por una pérdida del sentimiento de la propia identidad.
Así está el Optometrista español como individuo. Así está nuestro sector en este país, como colectivo. Alienados. Piensa unos minutos en las siguientes preguntas:
- ¿Por qué elegiste Óptica y Optometría? ¿Cómo pensabas que era la profesión?
- Tus familiares y amigos te preguntarían por lo que estudiabas. ¿Recuerdas tu fuerza y coraje al defender tu profesión durante los años de universidad?
- Y dime: ¿cuál es tu grado de orgullo y satisfacción cuando a día de hoy te hacen la misma pregunta?
- ¿Qué relación hay entre lo que esperabas y lo que has vivido profesionalmente?
Evidentemente, esto depende de las expectativas de cada uno, y habrá quien sienta que su elección y su trabajo actual están en equilibrio, pero si me estás leyendo probablemente en algún momento te pase como a mí… ¿No tienes, a veces, la sensación de que no sabes por qué elegiste esta profesión? ¿Cómo podían estar tan equivocadas tus expectativas? ¿No te preguntas qué cerebro te ayudó a decidir , qué ojos interpretaron tan mal la realidad y qué pies te llevaron a donde estás? ¡Te preguntas si de verdad eran los tuyos! Esto es alienación psiquiátrica. Esta persona no soy yo. No era yo. O quizá esa persona de antes sí era yo, pero ésta de ahora no. ¡CALMA! Tú eres tú. Ayer y hoy. El problema no está en ti.
Cuando elegiste Óptica y Optometría, probablemente no tuvieras un conocimiento real de la profesión. En un estado de desconocimiento de las cosas, uno tiende a componerse una idea. Quizá no seas consciente pero lo hiciste. Y las ideas que nos forjamos de lo desconocido tienen su base en nuestra razón, en lo que uno cree que tiene más lógica. La realidad es quien, después, las vuelve ilógicas.
Recuerdo que yo pensaba que esta profesión se encargaba de todos los asuntos de ojos, a excepción de la terapéutica y la cirugía. Y me pasé toda la carrera preguntándome cuándo venía la parte en que me hablaban de todas esas cosas.
- Me enseñaron que el ojo tenía unas formas, dimensiones y poderes dióptricos.
- Me enseñaron un cráneo y los huesos de la órbita.
- Me enseñaron que los ojos al ser dos tenían que coordinarse en enfoque y movimientos.
- Me enseñaron la vía visual a medias.
- Me hablaron de los defectos refractivos y me dijeron (por encima) cómo graduar, cosa que yo repetía como un mecano sin saber el por qué de nada.
Y acabé la carrera…
- sin saber graduar ni tener seguridad en la realización de prueba alguna en el gabinete.
- sin saber de patología ocular, ni para entender una conjuntivitis. Ante un simple “derrame”, creía al vecino que decía “te ha subido la tensión del ojo”. (Una universitaria arropada por el saber popular, antes que por el científico. Tremendo).
- tampoco comprendía qué ocurre en los ojos de las personas con enfermedades como la diabetes o la hipertensión.
A mí todo esto me llamaba la atención. Y vale, hay quien opina que nuestro campo no es la patología…
… pero es que también me quedé con las ganas de conocer el fascinante mundo de la percepción. Éste sí es mi campo, ¿no?
…. me hablaron de difracción, refracción, reflexión, interferometría… pero me quedaba a cuadros cuando un paciente con cataratas me decía que había empezado a ver doble. O ante una queja de fotofobia por unas vergencias fusionales mal compensadas. Me tragué la óptica geométrica, la óptica física y otras tantas sin que ningún profesor preparara su asignatura con aplicación al ojo, que es mi objeto de estudio. ¿En qué quedamos? ¿Éste es mi campo o no?
… tampoco conocía la neurología de los movimientos oculares, la binocularidad y la acomodación. Si este no es mi campo… ya si que no sé quién soy.
… ¿sabías, al acabar la carrera, que la miopía puede ser un problema refractivo pero también una seria enfermedad degenerativa y motivo de disfunciones binoculares? ¿Es la miopía mi campo… ¡por Dios!?
¿¡Qué demonios hacemos en la Universidad!? Yo lo pasé muy bien en Granada. Las tapas eran baratas y ricas, mis compañeros eran la bomba. Pero viéndolo ahora desde lo académico… vaya tomadura de pelo.
Pensaba (por lógica) que mi profesión iba a estar basada en ayudar a la gente a comprender su visión. Decirle al miope que ve borroso por su miopía, pero también explicar al señor de la catarata lo que hace la difracción de la luz en su cristalino, tranquilizar al migrañoso ante visiones al estilo peli de Tim Burton… saber graduar al miope pero también al joven con nistagmo, instruir al que no entiende que su visión fluctúa por sequedad ocular y saber tomar adecuadamente la agudeza visual a mi abuela María, que tiene DMAE.
Esto no es intrusismo. De muchas de estas cosas no se ocupa nadie. Las profesiones no se inventan para dar trabajo al pueblo, sino que surgen para atender necesidades y demandas sociales. La gente necesita oftalmólogos, patólogos y cirujanos. La gente necesita ópticos que adapten gafas y lentillas. Le gente también necesita un profesional que integre la función visual, la percepción, la binocularidad y la salud. Esto último casi no existe en España. Esto es lo que significa la segunda palabra de nuestros títulos: Optometría.
Nos quieren redefinir la profesión. Eso se empieza a hacer desde la Universidad, pero no acaba ahí. La alienación sigue caminando…
¿Sabes que puedes dejar comentarios? Me gustaría saber qué respondes a alguna de las preguntas que te he hecho al comienzo del post. Desahógate. ¡Hay cientos de personas que piensan como tú y no se atreven a decirlo!
La necesidad de crecer como profesional está en la gran mayoría de nosotros pero, o bien nos resignamos, o nos damos de bruces contra una realidad aplastante, mejor dicho, un desengaño aplastante, el famosísimo “esto es lo que hay”.
Algunos hemos luchado por conocer que pasaba más allá y hay un infinito mundo en la optometría que describes, muchísimo que aprender y mucha gente dispuesta a compartir ese conocimiento con todo el que se deje.
Ya lo decían los que saben de esto de mejorar día a día, “si algo no te gusta más de tres días seguidos… ¡CÁMBIALO!”
Muy bueno Sofia!
Me siento completamente identificada con todo lo escrito. Bueno, igual con lo de la retina de perro no…,jajaja. También es cierto, que hay escuelas y “escuelas”…. Espero que con el tiempo y el empuje que poco a poco le estamos dando a la optometría y a la incursión del optometrista en la parte sanitaria, vaya cambiando el enfoque universitario y volviéndose más clínico. En nuestra época (no hace tantos años), salíamos demasiado jóvenes y desorientados de la carrera. En mi caso, me siento orgullosa de haber encontrado el CBO, y haber madurado como profesional dentro de la optometría. Gracias por el post 😉