En mi anterior post hice una introducción de como los avances tecnológicos condicionarán el papel del facultativo optometrista de forma inminente. Es probable que algunos no sean conocedores del alcance de los ya presentes desarrollos tecnológicos aplicados a los cuidados de la visión. A título de ejemplo cabe mencionar:
- Refracciones on-line. Ya una realidad en uso en EEUU, que está implicando nuevas regulaciones profesionales.
- Algoritmos basados en la inteligencia artificial (IA) para diagnosticar y realizar el seguimiento de múltiples condiciones retinianas.
- Uso de la IA para aconsejar sobre síntomas un usuarios de lentes de contacto, con base en aplicaciones móviles que pueden usar los pacientes directamente.
- Uso de la IA para la realización de campos visuales automáticos sin ayuda de un técnico.
- Uso de IA en diagnósticos realizados por tele-salud, contrastando las imágenes con anteriores tomas y reportando los cambios a un centro de diagnóstico. Enfermedades como la retinopatía diabética, glaucoma, etc. podrán ser evaluadas de esta forma.
- Pruebas 3D de gafas virtuales en mapas 3D de la cabeza del paciente.
- Impresión 3D de gafas y también de lentes de contacto.

Y un sinfín más que provocará una reordenación de la concepción de los estudios, el entrenamiento, los procesos de cuidados de la visión y legislaciones.
Si el optometrista no quiere ser un tecnólogo al servicio de otros facultativos o un comerciante más o menos soficticado, ha de ser educado desde la universidad en aspectos que le proyecten a ser el facultativo optometrista que ayudándose de la tecnología, gestione los cuidados de la visión con el rigor necesario.
Siendo EEUU el país más avanzado en Optometría, tanto a nivel educativo como en la práctica profesional, es interesante ver cómo se proyecta la gestión de los estudios en las nuevas promociones. Los programas de estudio de EEUU incorporan, desde el primer año, la enseñanza de las ciencias básicas biosanitarias de aplicación directa y el entrenamiento en los procedimientos básicos de exploración (ya con ayuda de las más recientes incorporaciones tecnológicas). Todo esto unido, por supuesto, al estudio de las materias de razonamiento clínico tan necesarias para la gestión tanto colectiva como individual de los problemas visuales y oculares de los pacientes.

En los años sucesivos de estudios, los estudiantes norteamericanos de Optometría, se van exponiendo progresivamente a más y más casos clínicos de forma que al finalizar el doctorado clínico en Optometría en NECO habrá visto cada estudiante un número superior a 2.000 pacientes, supervisados uno a uno por el profesorado clínico.
La ayuda de la tecnología está igualmente al servicio de los docentes de manera que los estudiantes de primer y segundo año son instruidos y supervisados en la realización de exámenes clínicos con imágenes dinámicas, tanto de sus propias exploraciones como generales. La supervisión del instructor puede hacerse de forma remota y anónima cuando de una valoración se trata.
Son tiempos excitantes para aquellos que quieran adaptarse a los nuevos tiempos y activamente ser protagonistas de los que pueden ser los mejores cuidados de la visión a más gente y con mayor rigor. Por el contrario, los seguidores del modelo actual y con actitudes resistentes al desarrollo cualitativo de la profesión optométrica pueden ver amenazada su trayectoria profesional.
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