¿Qué tienen en común Albert Einstein, Thomas Edison, Leonardo Da Vinci y Walt Disney? Los cuatro fueron genios, cada uno en su disciplina, y los cuatro fueron disléxicos. De algunos nos han llegado historias de sus fracasos escolares y de cómo fueron tachados de torpes o inútiles antes de poder demostrar que tenían capacidad de sobra.
En los últimos años, el término “dislexia” está cobrando gran relevancia dentro del ámbito educativo y preocupa a los padres cuyos hijos encuentran dificultades a la hora de superar las exigencias del colegio. Pero, ¿sabemos qué es realmente la dislexia?
La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y específico, que se da en niños que no presentan ningún hándicap físico, psíquico ni sociocultural. Pero entonces, ¿cuál es la causa? Los científicos se inclinan cada vez más hacia la hipótesis de que el origen esté en un problema en el desarrollo de ciertas regiones del cerebro.
Origen de la Dislexia
En 1979, Albert Balaburda (de la Universidad de Harvard) observó unas manchitas en la corteza cerebral de pacientes disléxicos fallecidos. Esas manchitas correspondían a agregaciones de células gliales y neuronas apoyadas en ellas que no habían migrado correctamente durante el desarrollo embrionario. Estas estructuras podrían ser las responsables de que ciertas zonas cerebrales, necesarias para leer, presenten una respuesta demasiado débil debido a la desorganización entre las conexiones neuronales de determinadas áreas de corteza cerebral.
La hipótesis de Balaburda ha sido posteriormente confirmada en numerosos estudios con modelos animales. Pero, ¿por qué esto implica dificultades en la lectoescritura?
Eraldo Paulesu y numerosos equipos de investigadores de la Universidad de Milán, llevan decenas de años estudiando la actividad cerebral de pacientes disléxicos obteniendo como resultado una disminución de la actividad cerebral y del volumen de sustancia gris en zonas del hemisferio izquierdo. Son zonas que forman parte de la red de lectura que entra en juego al descifrar un texto:
- Área parieto-temporal izquierda: tiene entre sus funciones, la de analizar las representaciones fonológicas de las palabras.
- Circunvolución frontal inferior izquierda: esta zona comprende el área de Broca, que interviene cuando se articulan palabras o cuando se conservan en la memoria a corto plazo.
- Área occipito-temporal izquierda: almacena representaciones ortográficas (se activa al percibir palabras escritas).
Por tanto, las perturbaciones locales de la migración neuronal se traducen en cierta desorganización de la corteza, una menor densidad de sustancia gris y una menor conectividad de la sustancia blanca. La sustancia gris se asocia al procesamiento de información, mientras que la blanca se encarga de retransmitir y coordinar la comunicación entre distintas regiones cerebrales.
En 2003, Mikko Taipale y su equipo de la Universidad de Helsinki identificaron un primer gen, ubicado en el cromosoma 15, como responsable de estas anomalías. Recientemente se han descubierto nuevos genes implicados en la dislexia.
El papel de la optometría
Históricamente, muchas teorías identificaban defectos del sistema visual como causantes de la dislexia pero, como ya hemos visto, se sabe que el origen es otro. No obstante, la lectoescritura requiere tanto capacidades neurológicas para identificar lo escrito u oído, como el correcto funcionamiento del sistema visual.
La dislexia puede coexistir con otros problemas de aprendizaje o con disfunciones visuales que pueden dificultar la entrada visual de información. Algunas de las condiciones que afectan a la lectura y el aprendizaje podrían ser errores refractivos sin corregir o mal compensados, alteraciones acomodativas, problemas binoculares, alteraciones en la motilidad o problemas visuo-perceptivos.
Cualquier persona ante el ejercicio de la lectura tiene que ver una representación escrita (morfemas) con todo lo que este solo proceso implica neuronalmente, luego debe codificar la palabra, recordarla e interpretarla, y si lee en voz alta, articularla en sonidos o fonemas. Si el proceso de codificación de la información está alterado por la dislexia, lo que menos necesita esta persona es tener problemas de base para recibir el estímulo por los sentidos. Visión y audición deben estar cuidados en estos pacientes con especial atención.
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